Los asturianos que migraron a Madrid

Los Asturianos fueron unos de los grupos de población más importantes en llegar a Madrid desde por lo menos el siglo XVI. En el podcast Turra Histórica repasamos su historia.

Los Asturianos fueron unos de los grupos de población más importantes en llegar a Madrid desde por lo menos el siglo XVI. En el programa Extramuros #16 del podcast Turra Histórica repasamos su historia.

Desde que en 1561 Madrid se convirtiera en sede de la Corte y capital del país la ciudad se convirtió en un polo de atracción de personas de todo el país. Y destacarán sobre todo las migraciones procedentes del Norte de la península a Madrid.

Durante siglos miles de gallegos,asturianos, vascos y cántabros se trasladarían a Madrid convirtiéndose hasta el siglo XIX en los grupos de población no autóctona más grandes junto a los castellanos.

Una migración básicamente interior

Durante siglos buena parte de la inmigración que recibiría Madrid procedería de dentro del propio territorio. Los inmigrantes extranjeros serán residuales hasta prácticamente finales del siglo XX. Aun en la actualidad la inmigración interna es muy superior a la procedente de otros países (en 2020 cambiaron su residencia a Madrid 70.000 personas procedentes de otras provincias frente a las 11.000 de fuera de las fronteras españolas).

Independientemente de su origen, esta migración, continua y abundante, es el origen de un fenómeno que se ha convertido en parte de la esencia de Madrid: Que solo una minoría tiene ancestros directos nativos de Madrid.

Y no es menos llamativo que para mediados del siglo XIX el 8% de la población de la ciudad estaba formado por asturianos.

El largo camino desde Asturias a Madrid

Los asturianos elegirán Madrid como uno de sus lugares preferidos para emigrar, siempre compitiendo con los destinos al otro lado del Atlántico, como La Habana y Buenos Aires.

Alrededores del Mercado de la Cebada, Madrid desde Puerta de Moros. Donde llegaban las recuas de los arrieros asturianos

Será un camino largo, que harán primero andando en más de 20 días, y más tarde en recuas de mulas en viajes épicos cruzando el puerto de Leitariegos. Las diligencias no llegarán hasta el siglo XIX y no a todas partes (necesitaban buenas carreteras) y el tren nunca conseguiría del todo convertirse en la vía preferida de los asturianos al solo llegar a ciertas ciudades principales.

En el siglo XX será el autobús el principal medio de transporte, protagonizado por una compañía, ALSA, que engullirá a las empresas familiares de transporte que llevaban siglos realizando el camino de Asturias a Madrid.

Los oficios de los asturianos

En la memoria colectiva madrileña los asturianos han quedado asociados al oficio de sereno, el vigilante nocturno que desde el siglo XVIII recorrera la calle para vigilar comercios y viviendas. Pero la importancia de los asturianos fue mucho más allá.

Aguadores en una de las fuentes reservadas al gremio en la villa de Madrid hacia 1850 (Wikipedia)

Los procedentes de Asturias monopolizarán también oficios como los de aguador, esportillero y soguilla. Oficios hoy perdidos y que merece la pena recordar:

  • Los aguadores llevaban el agua desde las fuentes hasta las casas en una época en la que no había agua corriente. El oficio durará más de tres siglos y las fuentes de la ciudad, como la de La Puerta del Sol se llenarían de asturianos (principalmente) y gallegos sentados sobre cubas, esperando su turno para cargar recipientes de hasta 48 litros que cargaban a su espalda.
  • Los esportilleros y soguillas serían los especialistas en el transporte de mercancías dentro del viejo Madrid. El esportillero llevará un gran capazo de fibra vegetal sobre el que cargará con los bultos mientras que le soguilla utilizará cuerdas para atar y arrastrar.

Los serenos, encargados de la vigilancia nocturna, protagonizarían la noche madrileña hasta 1976.

Y permanecerán hasta el día de hoy bares, tabernas y cafés creados y regentados por asturianos, algunos tan míticos como el Café Gijón y Casa Mingo.

La recepción que les dieron los madrileños

La llegada de tantos asturianos durante tanto tiempo y su protagonismo en la ciudad no estuvo exento de polémica y conflictos con la población local.

Las condiciones de vida, muy duras, en las que vivían darían a los asturianos fama de sucios y harapientos. Desde el siglo XVII se les describirá como descuidados, con pelo sucio y largo y mal aspecto general.

Pero al mismo tiempo los madrileños y los que escribieron sobre ellos y sus peripecias en Madrid siempre destacaron a los asturianos como personas de confianza, responsables y trabajadores. Eso les abrió las puertas a los oficios que hemos mencionado antes, que suponían en muchos caso el acceso a las casas de los vecinos y sus negocios.

Esto y más en el programa de Turra Histórica Podcast sobre la migración asturiana a Madrid

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